domingo, 1 de noviembre de 2015

La servidumbre de la cofia




¿Por qué es tan fácil encasquetarse la cofia? Qué lejos queda aquel simbólico quitarse las libreas, como acto de libertad contra la Tiranía. Aquí estamos, a punto de sobrepasar el primer tercio del siglo XXI, siervos y enfermos de una ceguera intelectual y emocional que no parece tener cura por el momento.  

En su Discours  de la servitude volontaire -Tratado contra la Servidumbre Voluntaria- escrito por Étiene de La Boétie a la edad de dieciocho años, se pregunta cuál es la razón del consentimiento que nos convierte en siervos y por el que abdicamos de nuestra condición de seres libres. 


La Boétie lo escribió en 1548, en el contexto de las guerras de religión en Francia entre protestantes y católicos. El Tratado es una indagación y también un rechazo directo, y muy bien argumentado, contra el Absolutismo. En mi opinión,  es un texto político que induce a escarbar en el pozo oscuro de las emociones humanas.  Veamos una de sus frase: en la obstinada voluntad de servir el amor a la libertad desaparece.   

Matanza de San Bartolomé. François Dubois, 1572

Claro, Étiene de la Boétie,  si perdemos de vista nuestra libertad personal y colectiva para entregarla a un tercero, caemos prisioneros en nuestras propias bridas. Los ejemplos abundan y están por doquier.¿Qué explicación tiene que en sociedades modernas, sean democracias liberales o socialdemocracias, la gente entregue su voto a quienes les recortarán derechos y libertades conseguidos hace menos de cien años, para obtener un imposible bien superior personificado en un ideal patriótico, religioso o xenófobo? 

El Discours de la servitude volontaire, se publicó en 1574, once años después de la muerte de La Boétie a la edad edad de treinta y tres años, gracias al empeño de Michel de Montaige. La simpatía de este último por el texto y su autor, salvó del olvido estas páginas, apenas 20, de enriquecedora lectura, en las que asombra la erudición y sentido común del joven pensador.        



Casi cuatro siglos después, Peter Washington, en el El Mandril de Madame Blavatasky ha escrito una excelente y bien documentada exposición del origen, contradicciones y embustes de las sociedades espiritistas, teosóficas, New Age y asimiladas, que recorren el mundo occidental desde mediados del siglo XIX hasta finales del XX
   
¿Y qué relación tiene La Boétie con El Mandril de Madame Blavatsky?  Palmaria, porque desvela la fascinación, la atracción fatal  que impulsa, contra toda racionalidad, a  echarse en brazos de causas y creencias que llevan consigo, en no pocas ocasiones, la autodestrucción anímica, cuando no física y económica. 

Aldous Huxley, Aude, Katherine Mansfield, el arquitecto Frank Lloyd Wright y su esposa. Científicos,artistas e intelectuales cayeron en un momento de su vida, o para siempre, en las sectas más estrambóticas que podamos imaginar. Entregaron patrimonio, fincas, dinero, joyas, para que los líderes de las diversas iglesias y/o sociedades secretas  pudieran recrearse en una vida de lujo y caprichos gracias a teorías llenas de vaguedades, unos cuantos trucos de magia y la ilusión de ser aceptado en el  grupo de elegidos por los dioses. 

El libro de Peter Washington muestra el poder de las promesas, cuánto más etéreas, más efectivas.
Gurdjieff, un gurú la mar de avispado, prometía la perfección pero antes era preciso someterse a sus caprichos. Por ejemplo,imponía la renuncia a la libertad personal y la realización de sacrificios físicos, humillaciones y vejaciones como acceso rápido e imprescindible para conocer el Camino de los Maestros. Si su adepta era una escritora, fue el caso  de Katherine Mansfield, le obligaba a abjurar de su talento creativo para concentrarse en  mondar zanahorias durante horas y horas, a veces en la cocina y otras, según se le antojaba, de noche en una infecta buhardilla. Para echarlas a la basura después. 

Katherine Mansfield
Líderes y gurús, depositarios de doctrinas secretas  (se admite también en este rango los mandatos populares que no salen de las urnas) ejercen un influjo perverso sobre personas inteligentes que en otros aspectos de su vida, son muy competentes y capaces. 
¿Cuántas cofias y plumeros vamos a aceptar ponernos, con nuestras propias manos, para contentar al señorito de turno?

Es aterrador -más que un desfile de Zombies- que prefiramos interpretar el papel de Gracita Morales, en Operación secretaria antes que el de Katharin Hepburn en La reina de África.      





     

27 comentarios:

  1. Es curioso, tengo los dos libros más importantes que escribió Gurdjieff, pero prefiero uno de su discípulo, Ouspensky, el de Fragmentos de una enseñanza deconocida,

    Los gurús contemporáneos no escriben libros, van ahora de salvadores patrios. No prometen nada más que la felicidad. Su frase implícita es : "serém més feliçes", y prometen una tierra llena de leche y miel, al igual que hizo Moises con aquella tribu a la que llevó por el desierto durante años para acabar como empezaron, adorando a un becerro de oro.

    Por cierto, la peli no es lo que más me gusta, prefiero El halcón maltés.
    Un abrazo

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    1. Pues si supieras la mala vida que tuvo Ouspensky. Quizás ya la conoces. Vivió a la sombra del maestro y en liza siempre. Gurdjieff y él se acusaban de robarse los seguidores y apropiarse de la doctrina. Asoma en los dos gurús, sobre todo en Gurdjieff, más afán por controlar la vida ajena y obtener beneficio propio que una sincera intención de conocer, aprender, transmitir conocimientos para mejorar el mundo.
      Se nos caen todos los mitos a velocidad supersónica.
      Otro abrazo

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    2. Conocía, hace muchos años, tenía yo 23 ó 24 (62 tengo ahora), a un señor muy mayor, de casi 80 años. Francés por más señas, y discípulo de Ouspensky.
      Con él aprendí muchas cosas, y de él saqué muchas enseñanzas que me sirvieron después.
      Aún recuerdo su cabello blanco y una mirada de sabio que jamás he podido olvidar.
      Por cierto, me enseñó a conocer a Louis Cattiaux, otra persona de la que te recomiendo que leas El Mensaje Reencontrado.
      Un abrazo

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    3. Louis Cattieux es de otra condición y con una proyección espiritual que me parece,muy profunda y reveladora. Era un iluminado, no hay más que ir al Mensaje Reencontrado para comprobarlo.
      El libro de Washington es demoledor, no acusa sin prueba y referencia acreditada y referenciada. Por ejemplo, me dejó de una pieza conocer la doblez y la hipocresía de Krisnamurti.
      Qué le vamos a hacer: nadie es perfecto.

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  2. Dices "¿Qué explicación tiene que en sociedades modernas, sean democracias liberales o socialdemocracias, la gente entregue su voto a quienes les recortarán derechos y libertades conseguidos hace menos de cien años, para obtener un imposible bien superior personificado en un ideal patriótico, religioso o xenófobo? "

    Supongo que si se analizara a fondo hallaríamos explicaciones varias, inclusive las irracionales. De momento señalo: el nivel de cultura política fluctuante y rebajado, la carencia de un sentido de ciudadanía libre arraigado, la falta de ejercicio de la lectura, pensamiento individual y el debate vis a vis, sustituidos en nuestro país por las tertulias superficiales de la TV, por el espectáculo o simplemente la vagancia (ese maldito ya nos lo darán heho o nos lo harán otros, que cunde), la falta de conocimiento de la propia historia, incluso de la próxima, y el escaso mimo a la memoria, que ya muchos ven como las historias del abuelito, el arrastre que aún tiene entre las personas los "grandes" principios sean religiosos, sublimes políticos o ideológicos, que despiertan como virus durmientes para emprender su acción destructiva, la fascinación por una sociedad del consumo y el productivismo en los que se confía como una nueva religión y a los que la gente, haciendo dejación de su propia personalidad, se entrega ciegamente. Etcétera, podríamos designar más características de esa actitud, supongo. De todos modos, el tema es por qué y cómo se imbrican y funcionan unas y otras características que llevan a la sociedad a renunciar a conquistas que fueron rompedoras y que parecían definitivas para el bien de los individuos y las colectividades en la historia. En fin.

    Gracias, Amaltea, por mencionar a un olvidado y desconocido para muchos La Beotie.

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    1. Sí, Fackel, todas las razones que enumeras y otras que desconocemos o se nos escapan. Quizás, en el fondo, necesitamos alimentar nuestra fantasía.
      La Historia, su estudio, no sirve para reparar los errores, porque, como en la vida particular, pensamos que eso terrible que le pasó a un pueblo o al vecino, jamás nos podrá ocurrir a nosotros.
      Y cuando sucede, porque siempre pasa la desgracia, nos devanamos los sesos intentando contestar por qué a mí o por qué a nosotros. Quizás no sabemos calibrar lo mucho que cuesta conseguir la convivencia pacífica -más o menos pacífica - y lo fácil que resulta desbaratarlo todo.
      Yo tampoco tengo respuestas, pero sigo haciendo preguntas y busco y me empeño en averiguar los porqués y cómo. Lo que he encontrado hasta hoy es que necesitamos los unos de los otros, que la razón ha de acompasarse con las emociones, y que el secreto lo descubrieron los Beatles, cuando cantaban All you need is love. Un remedio que cura muchos males. No he conocido a nadie que en estado de enamoramiento quiera liarse a tortas con el vecino, al contrario, el mundo le parece una pura hermosura.

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  3. Siento mucho opinar que el origen de tanto mal descrito, intelectualismos incluidos, radique en la tendencia emocional de nuestro género hacia comodidades de todo tipo. Origen del matrimonio p.e. y demás estabilidades sociales tan necesarias para la buena crianza pero que no establecen algo así como "márgenes de ruptura" tan necesarios para la creatividad y el desarrollo del "musculo emocional".
    En este campo los deportistas y los fisiólogos conocen bien las técnicas de optimización muscular...y aun así.....

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    1. No sé qué decirte, quizás La Boétie lo que defendía es que no podemos olvidar que para vivir con toda la plenitud, es preciso conservar el Bien más preciado, nuestra libertad, claro que parece una utopía. Nunca se es libre completamente, pero sí es posible establecer pactos, no sumisiones. Defender y preservar esa pequeña parte de libertad que nos pertenece por nacimiento como ser humano: no por territorio, sangre o linaje.
      Creo que el principio de no servidumbre es aplicable a las relaciones personales y también a las sociales y colectivas.
      l

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  4. Se ha hecho creer que el escrito de Étiene de La Boétie es el precedente de las ideas anarquistas, pero mi, me parece que el "Discours de la servitude volontaire", es un anticipo de las ideas de la Ilustración.
    Metiendo en el texto en el saco de la anarquía y tildarlo de “antisistema” reducen un pensamiento a una payasada o a un panfleto. Lo “antisistema” se ha convertido en una pira donde queman muchas ideas de libertad.
    El poder establecido despliega un arsenal ideológico y propagandístico fabuloso para desprestigiar el librepensamiento y hace que abdiquemos de nuestra condición de seres libres y entreguemos nuestra voluntad y nuestro voto a cualquier salvapatrias o a esta máquina abstracta en que ahora se ha convertido el poder.
    Se desprestigia el librepensamiento y a continuación se quema.
    Tenemos que hacer un gran esfuerzo personal para mantener lejos de cualquier manipulación la independencia de ideas. Sin una educación libre y emancipadora se cae enseguida en lo esotérico y la ciudadanía “mal educada” cede su libertad a cualquier santón o gurú, que se presenta en forma de personaje con largas barbas o como politiquillo con labia.
    Muy poca diferencia existe entre depositar tu voto en una urna para escoger a un político corrupto o dar tu dinero y tu voluntad al jefe de una secta.

    Un abrazo
    Francesc Cornadó

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    1. Desde luego, es fácil banalizar un texto y ponerle una etiqueta sin profundizar en él.
      La Boétie era un funcionario en Burdeos, el equivalente de un asesor jurídico en la actualidad o un abogado del Estado. Estaba muy lejos del anarquismo -como se entiende hoy-. Era un joven con muy buen conocimiento de las leyes y del Estado. Se interrogaba por las razones que conduce a la gente a depositar su "fe" política en otros que los convertirán en peones, simples mandados del Poder -Absolutista-.
      Estoy de acuerdo contigo, en su Discours asoma la gran simiente de la libertad de pensamiento en toda su extensión: política y personal.
      Y es evidente, y más para quien asombró a un Montaigne ¡Mon Dieu!, que una sociedad libre se cimenta en pactos libremente elegidos para ordenar la convivencia y legitimar las normas que regirán la vida colectiva. Para todo lo demás, la ley del más fuerte y el imperio de mafias.

      Otro abrazo.

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  5. Pues no todas las doctrinas son iguales, no todos los ideales erróneos ni perniciosos, pero que un sesudo personaje, lo suficiente como para que su nombre aparezca en las enciclopedias por su actividad literaria, como Katherine Mansfiels, se deje embaucar por un fin cuyo logro se base en pelar zanahorias, para acabar en la basura, en lugar de para comerlas, y hacerlo voluntariamente y con gusto, pues, permítame decirle: mayor alienación no sé si cabe. Equilibrio, eso es lo que a veces hace falta tener.
    A mí, esa otra Katherine, la de la Reina de Africa, me gusta mucho más.
    Un saludo.

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    1. Siempre habrá quien prefiera pelar zanahorias, desde luego. Lo curioso es que a veces son mayoría. Y lo preocupante es que a veces tratan de obligar a los demás a pelarlas. En cualquier caso, yo también elijo a la Hepburn, faltaría más.

      Buenas noches, madame.

      Bisous

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    2. Y no fue la única escritora que pasó por la comunidad del gurú, hubo muchos seducidos por el carisma de Gurdjieff y su doctrina. Es asombroso que se aceptara cumplir al pie de la letra las extravagancias que ordenaba, sin otro sentido que dominar la voluntad de los adeptos. Katherine Mansfield murió en la comuna de Gurdjieff, creo que a los treinta y cinco años.
      Confío en que el estudio de la mente progrese tanto, que pueda explicar las razones por las que nos obnubilamos hasta perder el sentío, como canta la copla.

      Saludos

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    3. Madame, eso mismo me digo. En cuanto a la Hepburn, dudo mucho que se sometiera a pasar frío y soledad, en el pelado zanahoril encerrada en una habitación, solo porque un tipo con bigote le dijera que era la manera de encontrar en el Camino de los Maestros ascendidos.
      Me adhiero al modelo de mujer que representó Hepburn, además vaya estilazo gastaba.

      Bisous

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  6. Ah, perdón, me salió el comentario como si fuera una respuesta a monsieur dlt. Usted disculpe.

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  7. Hola. Su sentimiento artístico es exquisita.
    Gracias por siempre visitar.
    Saludos desde Japón. ruma

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  8. Ruma, es usted muy amable. No es muy artístico lo que aquí publico pero se agradece, siempre es bienvenido un halago japonés.

    Saludos

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  9. Siempre hay embaucadores y gente dispuesta a caer en sus redes. La naturaleza humana, por desgracia, no cambia.
    Saludos.

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    1. Desde luego, Jorge y parece que no hay remedio.
      Todo está dicho en el aforismo catalán: mentres hi hagi rucs anirem a cavall (mientras haya burros iremos a caballo)
      Y así nos luce el pelo.
      Saludos

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  10. También yo pienso que la educación es fundamental. Y no solo la infantil y en la escuela, también la que se imparte a todas las edades, incluída la que realizan los medios. Pienso que una de las claves de todo esto es que las creencias -hablando en general- están sobrevaloradas en detrimento de las realidades. Me refiero tanto creencias oficiales como a las otras ya que todas condicionan la vida de la gente con el pretexto de seguir una voluntad superior ideada por algún iluminado hace más o menos tiempo.

    Muchos problemas de hoy y de siempre se resolverían o perderían intensidad si el cacareado respeto a las creencias se sustituyese por información veraz. Claro que alimentar las mentes tiene un efecto boomerang para el poder, que prefiere borregos y súbditos antes que ciudadanos y personas.

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  11. Molina de Tirso, ahí está la clave de una sociedad libre,en la educación.¿Qué educación? Desde luego, no la que uniforma y dirige el conocimiento hacia la utilidad productiva, sino la que enseña a mirar los hechos, reflexionarlos sacar las conclusiones pertinentes para tomar una decisión personal y libre.
    Es una utopía peligrosa. Se fomentan creencias, de todo pelaje y según conviene, porque actuan como bridas del pensamiento libre.

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  12. Gracias, Amaltea, por tu asistencia a la presentación de "Molinos de viento en Brooklyn", ayer en Barcelona. Fue un placer conocerte personalmente, y lo único que lamento es no haber tenido más tiempo para poder hablar contigo.
    Un abrazo.

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  13. Gracias, Jorge. A mí también me encantó conocerte.
    He empezado a leer "Molinos de viento en Brooklin" lo acabaré hoy porque estoy emocionada con su lectura y es pura narración, sin aditivos.
    Fíjate que mi próxima entrada la voy a dedicar -con tu permiso-a este extraordinario escritor y al libro que tan bien ha editado Hoja de Lata. Además, el misterio y las coincidencias en torno a su persona es un elemento inspirador, al menos para mi.
    Abrazo y felicidades.

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  14. Me alegro mucho de que te guste. La verdad es que es un libro delicioso. Y gracias, por adelantado, por tu próxima entrada sobre Prudencio de Pereda.

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  15. Pues aunque la relaciòn entre ambos libros es evidente y tal y como apuntas palmaria...nunca se me ocurriò relacionarlos.
    el de Whasington es como una bocanada de aire fresco que despierta la neurona si o si. Me pregunto que sucederia si lo colocamos como por descuido en la mesita de noche de Gracita Morales. Cabe pensar que si Mansfield sucumbiò, dificil le resultaria a ella salir de su propia caverna.
    El problema es que muchas veces no nos creemos vìctimas de tantas servidumbres....con eso de que vivimos en el presunto estado del bienestar....interesantisimo to Amaltea...me reactivas absolutamente. Gracias y un abrazo.....voy a x el otro que voy con retraso....

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    1. Es lo que tiene no estar ojo avizor para detectar tantas trolas y manipulación. A veces por pereza, lo reconozco, nos dejamos llevar por discursos que contentan o dan alas a nuestras esperanzas. Y en muchos caso, somos siervos de nuestras propias mentiras.

      Otro abrazo

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