domingo, 12 de abril de 2015

Psicópatas al doblar la esquina



Hace unos cuatro años recorrió el mundo cultural la  noticia, digamos simpática,  de un manuscrito misterioso, de título sartriano: El ser y la nada, en cuya portada aparecía la reproducción de Las manos dibujando de M.c Escher, y una falsa autoría: Joe.K , quizás era una broma referida al Josef K, el personaje Kafkiano


El manuscrito fue enviado a las personas más relevante e inteligentes del planeta. La edición cuidadosa y muy cara, llegó a manos de científicos y artistas que lo recibieron de la forma más variopinta, de manera que era imposible identificar al remitente. Predominaban los neurólogos, ¿una pista? y también físicos teóricos. Ellos, las mentes más claras y agudas, eran los depositarios de un "conocimiento secreto" que nadie conseguía descifrar. 


Al cabo de unos meses, quienes tenían el manuscrito dichoso se sentían privilegiados,  aunque se lo tomaran a broma, la vanidad de pertenecer a un grupo selecto se impuso. Quienes no lo recibieron eran unos mindundis, sin influencia, ni verdaderos méritos intelectuales o artísticos.  

El libro tenía, tiene porque  ahora está disponible en Amazon y cuesta un potosí, cuarenta y tres páginas, en veintiuna de ellas no hay nada, ni palabra ni dibujo, y en las restantes el contenido son frases, dibujos, citas místicas, literarias y científicas. En la página trece, un agujero perfecto. El conjunto tenía la pinta de ser una adivinanza. Se especuló sobre el sentido de ese revoltijo, desde la broma de un chalado adinerado, hasta la de un mensaje extraterrestre. Nadie sabía nada. La edición y el envío costó más de doscientos mil dólares.


Un periodista británico descubrió el misterio. Se trata  de Jon Ronson, el mismo que publicó un libro sobre los experimentos mentales del ejército norteamericano a sus soldados y del que luego se hizo una película: Los hombres que miraban fijamente a las  cabras.



La investigación sobre el manuscrito le llevó mucho más lejos, se embarcó en un seguimiento  de cómo se diagnostica la psicopatía, cuál es el instrumento para detectarla  y la descripción de algunos de los psicópatas más conspicuos que pasan por ser benefactores de la humanidad, algunos tipos son muy atractivos y mar de simpáticos.  


¿Es usted un psicópata? se inicia con la crónica del manuscrito de Joe. K y de cómo consiguió dar con el autor. No voy a destriparlo por si alguien quiere leerlo. Desde luego, lo recomiendo, es muy aleccionador, plantea hasta que punto se puede luchar contra ese trastorno, caso de que lo sea,  y cuál es el papel de la psiquiatría en las sociedades modernas. 
Al acabar de leer ¿Es usted un psicópata? me estremeció la certeza de que el psicópata está  muy cerca, de hecho pensé si no sería yo misma también del mismo grupo. No es necesario matar ancianitas todos los sábados por la noche para pertenecer a ese siniestra categoría psicológica. Revela el autor cómo los "psicópatas corporativos" cortan el bacalao, porque sus cualidades depredadoras son muy valoradas en la política y los negocios. Para muestra, reproduce una carta de recomendaciones de Goldman Sachs, que no deja dudas sobre el éxito de la psicopatía para vivir de lujo a costa del sufrimiento ajeno. 


Mientras leía a Ronson, seguía con la lectura de El cura y los mandarines, de Gregorio Morán, como si ambos libros estuvieran conectados, uno refrendaba al otro. Mientras Ronson ilustra el comportamiento psicópata, Morán relata la conquista del poder, el manejo de los hilos culturales en la España  de la segunda mitad del siglo XX. Es como validar la teoría del eminente psiquiatra creador del test para detectar psicópatas. Sí, ellos están por todas partes, gobiernan y  deciden quienes circulan de abajo arriba y viceversa. Son de derechas y de izquierdas, la ideología es una estrategia personal,  lo que de verdad importa es el poder. 


La constatación de que la psicopatía puede ser la clave para entender los conflictos bélicos y sociales  es espeluznante, por eso ahora, para reponerme del susto leo,  "El sexto sentido de las plantas, una aproximación sensorial a la naturaleza botánica". Es una tesis doctoral de una amiga, no está publicada -ni lo estará- entre cuyas conclusiones destaca que cuando las plantas "oyen" la tijera podadora, tiemblan y bailan con desesperación, estilo la macarena, para comunicar el apocalipsis inminente a sus colegas. Pues eso, que no me atrevo a podar mis geranios, no quiero que me miren mal.