lunes, 21 de noviembre de 2011

Rafal olbinski. Unsetlling tendency to see art print.

El otro día me di una vuelta por una librería muy bien surtida, buscaba un libro que no encontré, pero me llevé a casa uno que, como quien dice, me salió al paso. Un libro de pocas páginas que colocaron en un lugar equivocado, confundido por uno de esos manuales de autoayuda sobre la manera más rápida de hacerse con  un trocito de felicidad. Sí, lo confieso: anduve merodeando por esa sección frecuentada, casi siempre,  por personas de mediana edad, algunas con las heridas de la vida  zurcidas  sobre la piel. Eché un vistazo a la  enorme estantería de más de dos metros, dedicada a enseñar  métodos variopintos y estrafalarios para conseguir la serenidad, el bienestar emocional, la ausencia de dolor, el perdón a los semejantes y por fin, el olvido.

Iba de un lado a otro, sin que mi cerebro enviara a mi mano la orden para que cogiera un  ejemplar, los títulos me dejaban fría, hasta que mi mirada se fijó en un libro estrecho, de apenas 80 hojas:  La analfabeta, un relato autobiográfico, la autora es Agota Kristoff.  Al primer momento creí que era una narración a lo  Pablo Coelho, en la que alguien vive - imagina- una experiencia que le somete a pruebas para alcanzar un conocimiento espiritual vetado a la gente ordinaria. No era el caso, en cuanto leí  el primer párrafo, supe que ese libro que cuesta seis euros, estaba esperando un rescate urgente. La analfabeta  empieza así:  Leo. Es como una enfermedad. Leo todo lo que me cae en las manos, bajo los ojos: diarios, libros escolares, carteles, pedazos de papel encontrados por la calle, recetas de cocina, libros infantiles. Cualquier cosa impresa.

 Cuando acabé de leer La analfabeta, cambié la  opinión que encabeza esta entrada;  casi estaba por volver a la librería y preguntar por quién tuvo la feliz idea de dejar el libro entre toda esa morralla de promesas banales, para invitarle a  un café con cruasán.  Ayer por la tarde, mientras planchaba, intentando alisar una odiosa blusa llena de pliegues, se me ocurrió que hay libros que debieran estar camuflados en las secciones de autoayuda, y  con un régimen de alquiler para que, una vez leídos, pasaran a otras manos necesitadas, pero con un añadido al final  consistente en páginas en blanco, a modo de diario.  Los lectores, antes de resolver el alquiler,  dejarían escrito cómo les ayudó la lectura de ese libro, si ese fuera el caso, de manera que otros pudieran beneficiarse por la acumulación de las experiencias ajenas sobre el texto original. 

Es una buena idea ¿no?  pues ya está inventada, me acabo de dar cuenta. Y hace años que corre por ahí, gratis y sin tener que andar firmando contratos, ni perder el tiempo con la búsqueda del libro misterioso entre los estantes abarrotados de la librerías.  El invento recibe el nombre de Blog.



Laureà Barrau. La lectura, 1899



Alguien escribe, cuando quiere y de lo que le apetece, la gente puede leerlo o  pasar de largo. Existe una página en blanco para que los lectores contesten, precisen, defiendan, se opongan, agradezcan o se rían. No existe  para el escritor de un blog conflictos de intereses económicos, porque no hay  una empresa detrás ni pago a cambio de opinión. Un blogger es el mejor ejemplo en este mundo de lo que significa la libertad de expresión.

¡Ah! y el libro de Agota kristoff no trata de la felicidad, sino de cómo una mujer húngara  que trabaja de operaria en una fábrica suiza de relojes,  aprende francés pasados los treinta  años para poder escribir en una lengua extraña.       


26 comentarios:

  1. Los mejores libros son inclasificables. Estoy de acuerdo contigo Amaltea, tener un blog puede ser la mejor manera de conocerse a uno mismo, aun q debo confesar q algún libro de autoayuda tengo por casa... Lo malo de este tipo de lectura es q visto uno vistos todos, o como mínimo a mi se me hacen aburridos y pesados. Un saludo.

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  2. Pensé que al decir que ya estaba inventado algo parecido a lo que cuentas, te referías a ese fenómeno que hace años que ya existe de dejar libros en la calle para que otros los tomen, los lean y los vuelvan a dejar para otros lectores. No está muy, por no decir nada extendido en España, pero en otros países, según he leído, es mas habitual, eso dicen, aunque no sé, no sé… Desde luego en España, no soy capaz de imaginar, o mejor, sólo en la imaginación cabe, que alguien encuentre un libro en un parque, lo lea y lo vuelva a dejar en otro banco, en lugar de quedárselo.
    Mucho mejor, como dices, es el blog, con todas las virtudes que dices, libre en todo y con cierta interactividad. Gracias a ellos aquí estamos.
    Agradezco mucho tu visita a mi blog. Un saludo cordial.

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  3. Esa manera de hacer que un libro se cruce en tu camino es la mejor forma de disfrutar. Es más que leer, es aventura, es inesperado, es el encanto de lo desconocido, es creer en el diablo.
    Creer en Dios es otra cosa, es cuando un amigo de toda confianza te recomienda un libro que con toda probabilidad es una gran obra, es la seguridad, el sexo bendecido...

    El cielo está bien, nunca falla.
    Pero no hay nada tan divertido como un buen par de llamaradas.

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  4. Caramba , Salut Pelayo ( lo primero es lo primero). Y a lo que iba, en la biblioteca has de tener una estantería con lo que consideres lo mejor. Por mí parte tengo un pequeño apartado en donde tropiezan G Marcel, Cattioux, Ciorán, Celine, Inclán (su Lámpara maravillosa es incuestionable), Mendoza, Eco, Bolaño, Cirlot y algunos más. En realidad es muy heterogeneo, pero válido para cuando deseas encontrar consuelo....salut

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  5. Nada nuevo hay bajo el sol, al parecer. El blog es un buen invento. Mire por dónde, entre otras cosas, permite la difusión y rescate de un libro de seis euros perdido en una estantería de dos metros. Es maravilloso hacer ese tipo de descubrimientos revolviendo en las librerías, pero veo que usted también disfruta compartiendo el momento.

    feliz día, madame

    Bisous

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  6. L.Atienza, pues aburren porque la mayoría, alguno habrá con más enjundia, se limitan a repetir las mismas fórmulas, con una pizca de misterio por aquí y testimonios amañados por acullá.

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  7. dlt, sí, tienes razón, algo había oido de los libros escondidos para que otro los encuentre. Entretenido tiene que ser, pero requerirá una organización y un acuerdo entre los que participan: qué libros, dónde dejarlos, de qué manera, etc. Estoy contigo, es insuperable la facilidad y proyección de los blogs. No hay nada más directo, interactivo y con menos ataduras que un blog. Si sobrevivimos al siglo XXI, será reconocido como uno de los mayores avances culturales - de la cultura entendida como el conjunto de logros de una sociedad-.

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  8. Pelayo, las llamaradas pueden ser muy divertidas, pero acabas chamuscado y eso hace pupa. De acuerdo, no hay mayor disfrute que la aparición de lo inesperado en nuestras vidas. Llámale, libro, persona, o, simplemente X.

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  9. Miquel, tienes un paladar muy fino. Con esa estantería basta para consolarse de los disgustos y, desde luego la gracia está en la heterogenidad. Te lo dice una ecléctica consumada.

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  10. Dame Masquée, claro que disfruto compartiendo en este blog todos mis pequeñoS descubrimientos. De hecho, en lo primero que pienso cuando una lectura me ha interesado es en ponerla a disposición de los que pasan por aquí. Y ya no le cuento la alegría que me entra en el cuerpo cuando a la calidad se le une la ganga.

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  11. Amaltea amiga mía buen post el de hoy ,con tu hallazgo cultivando la lectura de un buen libro, eso esta muy bien.El olor del papel del libro es único y el saber también.
    Con las nuevas tecnologías podemos escribir en nuestro cuaderno virtual con libertad absoluta.
    Es una buena terapia para expresar sentimientos y aficiones y plasmarlas en el blog.

    Siempre hay alguien que le gusta e interesa lo que escribimos por amor al arte de las letras.
    Cada día se abren más blog y eso es muy bueno el abanico se agranda por todo el mundo compartiendo culturas.

    Besos de MA.

    Mil gracias mil por tu huella amiga.

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  12. Sí, Ma, tenemos una gran suerte de vivir en un mundo lleno de posibilidades de comunicación; la clave es que estén disponibles para el mayor número de personas y que no estén sometidas a ninguna censura política.

    Un abrazo

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  13. Gracias mil amiga Amaltea por tu huella bloguera. Feliz día, besos de MA para ti.

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  14. Pues sí debería haber libros especiales para cada uno de nosotros: y es verdad, que algunos deberían tener una parte final en blanco (como las agendas), para escribir nosotros nuestras impresiones que luego pudieran servirle a otras personas. Muy interesante esta reflexión. Un cordial saludo.

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  15. Paco, habrá que proponer a las editoriales que gastan un dinerillo extra en dejar una docena de hojas en blanco al final de los libros y, al mismo tiempo, organizar una red de lectura de libros con "coda".

    Buen fin de semana.

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  16. Son muy interesantes sus reflexiones. Y, en efecto, los blogs constituyen una renovación absoluta de las posibilidades de leer y escribir.

    Mis saludos.

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  17. Retablo, completamente de acuerdo. Espero que siga siendo así durante muchos años.

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  18. Ojalá encontrara algún día un libro hecho a mi medida, me ha encantado tu entrada. Un abrazo grande,

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  19. Desde Radio Post:

    http://www.youtube.com/watch?v=vX8urEprChE&feature=related

    Pako´sss

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  20. Papámba, lo ves a encontrar el día menos pensado.

    Otro abrazo.

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  21. franjose, pensaba que habías echado el cierre a tu Radio post. Esto ya está mucho más animado.

    Muchas gracias.

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  22. Como en el arte de la literatura soy una nulidad total (entre muchas otras cosas) esto y mis ganas de conocimiento es lo único que puedo aportar aquí.

    Radío Post for ever


    Pako´sss

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  23. Franjose, pues sigue aportando. Aquí poca literatura hay, opiniones y algunos libros que traigo que me han gustado.
    Un abrazo.

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  24. Hola.
    Como ves, estoy siguiendo el rastro que vas dejando. Será porque me ha sorprendido tu encuentro inesperado. Será porque tengo algo que aprender. Seguro.

    Laura casi se disculpa por tener o haber leído libros de los llamados "autoayuda"; tú concedes el beneficio de la duda, una poco convincente duda, diciendo que alguno habrá con algo de enjundia, y nadie después, creo, admite haber tenido ninguno en sus manos, o haber encontrado inspiración en textos de ese tipo.
    Bueno.
    Mi opinión es la siguiente:
    Los libros de "autoayuda" se han multiplicado como setas en un bosque húmedo, la mayoría con poca o nada enjundia, como comentas tú, al igual que la mayoría del resto de libros publicados. No hay más que ver la rapidez con la que salen nuevos títulos de nuevas y nuevos autores, grandes descubrimientos que no son sino mera copia argumental y de estilo de otros que en su momento tuvieron buena acogida.

    Luego están los que tienen fundamento, los que están construídos desde el conocimiento real y profundo de una terapia, una filosofía, una técnica o una experiencia.

    A mí me gustaría, cuántas veces lo he pensado desde niña, tener una cama, mi habitación, dentro de una librería... sería feliz! poder leer todo lo que quisiera, sin prisas, sin pensar en el dinero, sin dudas... Como decía alguien que conocí hace tiempo: Bucear, buscar y encontrar, buscar tesoros, buscar anclas de oro.

    Porque esos tesoros están no sólo en las lúcidas y sabias palabras de Saramago, o de Marías, o de Sepúlveda, o de Nemirovsky, a quien descubrí más recientemente... esos tesoros se encuentran también en algunas páginas de esos libros de los que parece que tenemos que pedir disculpas por leer o por tener.

    Hay mucha literatura aburrida, sí, tanto dentro como fuera de los libros de "autoayuda". Pero esa es mi experiencia, sólo mía.

    Y gracias por este blog también, al igual que el otro, me parece muy interesante.
    Un saludo.

    ;-)

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  25. Más vale tarde que nunca. Había dejado esta entrada sin cerciorarme de nuevos comentarios. Disculpa Iraide. Agradezco tus palabras, coincido contigo en que leer sin límite en un espacio propio, encontrar tesoros y disfrutarlos es un deseo que pocas veces se cumple, pero cuando lo hace, hay que echar cohetes.

    Un abrazo

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