viernes, 28 de octubre de 2011



El mundo es bueno, a veces. En el año 1932 se cometió un crimen, otro  más. El 9 de diciembre de ese año, en una tienda clandestina de venta de alcohol, dos hombre entraron con el propósito de robar la recaudación. En la trastienda un policía tomaba una copa con la dueña. Los atracadores dispararon al policía, el botín fue de dos dólares. En 1932, en  la ciudad de Chicago se cometieron 365 asesinatos, sin contar los ocho bajas de agentes de la policía metropolitana.  Dos raterillos en libertad provisional fueron detenidos, la única testigo, la dueña de la tienda, reconoció al que disparó y a su compinche. El barrio polaco de Chicago  sufría los embates de la depresión y la miseria. Los dos desgraciados, también de origen polaco fueron condenados, Franck Wiecik, el asesino, a la pena de  99 años de prisión. 

Once años más tarde, una anuncio por palabras en el Chicago Times, llamó la atención de un periodista. Se ofrecía  una recompensa de 5.000 dólares para quien diera con los autores del asesinato del policía.   Los interesados en cobrarla tenían un número donde llamar: Call Northside 777 y el nombre de una mujer a quien dirigirse. El periodista desconfía del anuncio, quizás es cosa de la mafia, desde luego, se huele un engaño porque el asesino ya está encerrado entre rejas. El número corresponde a una edificio céntrico de la ciudad, pregunta por la mujer que firma el anuncio. Al fin la encuentra en una de las plantas, está de rodillas y friega el suelo de las oficinas. Es una mujer de la limpieza, polaca, la madre del asesino.  Tiene la absoluta convicción de que su hijo es inocente, lleva once años limpiando oficinas para ahorrar la  recompensa destinada  a quien demuestre el error que ha llevado a su hijo a  prisión para el resto de su vida.  


El mundo es bueno, a veces.  El periodista, duda de la inocencia de Franck Wiecik, hay mucha confusión en sus primeras declaraciones ante la polícia, sin embargo, quizás la madre esté en lo cierto. Su jefe en el periódico le empuja a seguir con la investigación, los artículos que publica sobre el caso son un completo éxito. La gente empieza a interesarse por el caso. Averigua que Frank tenía mujer e hijo, que se divorciaron poco después de entrar en prisión. Ella está casada con otro, un buen hombre, que le ha dado su apellido al niño. El propio  convicto  presionó a su mujer para que se divorciara, no quería que su hijo sufriera el estigma de un padre presidiario. 
 
Sólo existe una posibilidad de sacar a Frank de la prisión: una prueba que destruya el testimonio de la único testigo. El periodista se arriesga, no teme enfrentarse a la fiscalía ni al cuerpo de policía, descubre que las pruebas sobre las que se construyó la acusación de culpabilidad son una chapuza. Consigue que la comisión del perdón, último órgano judicial para revisar casos ya juzgados, esté dispuesta a reunirse para que pueda presentar el hecho probatorio que demuestre la inocencia de Franck. 

En 1943, Franck Wiecik y su compañero fueron puestos en libertad, exculpados del crimen y reconocido el error en el veredicto de culpabilidad del jurado. 

Este caso real fue llevado al cine por  Henry Hataway en 1948, la película se titula Call Northside 777, aquí se lo cambiaron por el de Yo creo en ti.  El papel del periodista lo interpretó James Stewart.  La película cuenta la historia con estilo de atestado criminal.  No hay lugar para sentimentalismos  ni  lamentaciones. El director se permite un sólo efecto: el sonido de los silbatos de los trenes;  en Chicago, durante esa época, las vías corrían paralelas al barrio polaco. Un poco antes del final, las campanas de una iglesia repican  al paso del periodista que viaja en un taxi camino de obtener la prueba definitiva. 

El mundo es bueno, a veces. La voz en off nos recuerda que un hombre recuperó la libertad y el honor gracias a la  fe de una madre, al valor de un periódico y a la negativa de un periodista de aceptar la derrota. 

Es muy feo explicar el argumento de una película, y peor, un auténtico delito sin tipificar por ahora,  explicar el final como lo acabo de hacer, pero me asiste una razón poderosa:  la acabo de ver ahora mismo y quiero contarla porque merece la pena prestar atención a la reflexión final, no porque sea esperanzadora, que lo es, sino porque encierra un valioso mensaje. Reconoce la bondad de un mundo donde, ahora y siempre,   la codicia, el egoísmo  y el desprecio por los valores humanos a veces no triunfa gracias al valor, la honradez y  al empeño de un puñado de gente anónima.   
   
 

19 comentarios:

  1. Madame, cómo es posible que se me haya escapado esta película?? Le agradezco mucho que la haya rescatado para nosotros. Habrá que echarle un vistazo. Además me encanta James Stewart.
    La realidad suele estar a la altura de la ficción, e incluso superarla. Esta historia es una buena prueba de ello. El guión ya estaba hecho.

    Feliz puente, madame

    Bisous

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  2. Pués solo por el final, merece la pena verla.
    Salut

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  3. Dame Masquée, también para mi James Stewart es un actor que me encadila. El hombre bueno de Qué bello es vivir, no deja impasible a mujeres de nuestra estirpe. Si tiene dificultades para encontrar la película, digamelo y se la envío en una córcel de correos.

    Muchos bisous.

    Miquel, pues sí, porque nos rescata la confianza en nuestras propias fuerzas. Un puente lluvioso es un tiempo muy apropiado para verla.Disfrute y emoción asegurados.

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  4. Desde Post Cinemá:


    http://youtu.be/pIvrY0ZWpis


    Pako´sss

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  5. Franjose, gracias por el enlace. En la película original no hay -creo- música, la recopilación de carteles y fotogramas está muy bien.

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  6. Así es Astro. Por ese motivo para esta entrada ha intervenido Post Cinemá.

    Buen finde a tod@s

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  7. Querida amiga amaltea un placer lee tu entrada de hoy, El cine lo merece y esta película tiene que estar muy bien por la trama que nos cuentas.

    Buena reflexión la tuya en este post.

    Besos de luz y buen fin de semana para ti.

    MA.

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  8. Perdón amiga quería escribir Amaltea, que estoy despistada y no veo sin gafas jejeee

    Besos de MA otra vez.

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  9. Franjose, si es que tiene de todo en tu radio post.

    Ma, hay ciertas películas que una no puede perderse y esta es una de ellas.

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  10. Me propongo buscar la peli, que no he visto. Así sea, que triunfen, al menos de cuando en cuando, la bondad, la justicia, la honestidad, la probidad, la benignidad...¡Qué enseñarán los profesores de Ética en las Escuelas de Negocios!
    Gracias por tu "descubrimiento"

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  11. Manuel, si no la consigues, te digo lo mismo que a Dame Masquée, te la enviaré. Quizás dentro de unos meses porque ya hay lista de espera.
    Vete tú a saber lo que enseñan, a lo mejor el día que explicaban el tema se durmieron o estaban con gripe. La cosa es que la lección no se la saben.

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  12. Voy a buscar esta película!después de leer tu post me han entrado muchas ganas de verla ^^

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  13. uau...pues yo, sin ver la peli, prefiero tu post. Eres la mehor. Sí, con hache aspirada de emoción.

    Besos

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  14. L.Atienza, pues hoy es una tarde ideal para pasarla viendo películas con sustancia.

    Marieta, pues no sabes lo que te pierdes.

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  15. I like the first photo very much....very nice done.

    Greetings, Joop

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  16. A mí también se me ha escapado ver esta película. Saber el final no disminuye mi interés por verla. Muy interesante su texto. Gracias. Un saludo.

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  17. PASE A VISITARTE Y CONTEMPLAR TUS TRABAJOS, TODO ESTUPENDO ERES UNA GRAN TABAJADORA LO DEMUESTRAN TUS OBRAS. DESDE JAEN SUR DE ESPAÑA UN ABRAZO Y FELIZ DIA

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  18. Joop, I like it, too.

    dlt, me alegra no haber hecho mucho desaguisado con las ganas de ver la película.

    Miguel, gracias por tus palabras. Ya me gustaría ser tan trabajadora como imaginas.

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  19. La reflexión final es muy importante.
    Me encantó.

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