En el relato de Stefan Zweig, Mendel el de los libros, el narrador escribe: Gracias a él me había acercado por vez primera al enorme misterio de que todo lo que de extraordinario y más poderoso se produce en nuestra existencia se logra sólo a través de una monomanía sublime, sagradamente emparentada con la locura. Sabemos que el caldo nutritivo de las grandes obras humanas se cuece en pucheros misteriosos: obsesiones, sueños, visiones. El protagonista del cuento de Zweig, vive una existencia fronteriza entre la realidad y su obsesión libresca. Otros han reconocido en los sueños el impulso decisivo para tirar adelante una empresa alocada, imposible para un mundo que se orienta por criterios racionales, sensatos. Muchas veces sueños y obsesión conviven juntos. En los sueños no hay incongruencia, por más absurdo que nos parezca al despertar; el sueño no sabe de la lógica dualista que gobierna nuestra vigilia porque su mundo es el de las emociones y los símbolos.
Soy una declarada adicta a los sueños y a las ensoñaciones diurnas, y esa inclinación por lo onírico, antes vergonzante y ahora reconocida, me ha servido como una linterna para orientarme por la vida. No soy la única. Salvando las distancias, Arthur Koestler, por ejemplo, explica en sus libros El cero y el infinito y en el Testamento español, el decisivo papel que tuvieron sus sueños y visiones para salvar la vida durante la guerra civil española, cuando durante meses estuvo prisionero en Almería, acusado de espía comunista y con una condena de muerte sobre su cabeza. Entre los músicos, Haendel contaba que los últimos movimientos de El Mesías los escuchó en sueños; también Berlioz soñó el primer movimiento de su Sinfonía fantástica.
Y vuelvo al principio de esta entrada, nos sobran ejemplos para reconocer en la reflexión de Zweig una verdad como un puño: todo lo que de extraordinario y misterioso... Y aunque no los nombra, detrás de una obsesión creadora duermen los sueños, fantasías diurnas, duermevelas o en el profundo descanso de la noche; de esas llamaradas que crecen y se apagan en nuestra cabeza, se alimentan actos y decisiones, intuitivas o racionales, un fuego interno que nos empuja a alcanzar lo que un día - o una noche- nos deslumbró en sueños ya sea tocar el arpa, aprender sevillanas o escribir una enciclopedia. I have a dream, pronunció Martin L. King y los negros dejaron de viajar separados de los blancos.
Y vuelvo al principio de esta entrada, nos sobran ejemplos para reconocer en la reflexión de Zweig una verdad como un puño: todo lo que de extraordinario y misterioso... Y aunque no los nombra, detrás de una obsesión creadora duermen los sueños, fantasías diurnas, duermevelas o en el profundo descanso de la noche; de esas llamaradas que crecen y se apagan en nuestra cabeza, se alimentan actos y decisiones, intuitivas o racionales, un fuego interno que nos empuja a alcanzar lo que un día - o una noche- nos deslumbró en sueños ya sea tocar el arpa, aprender sevillanas o escribir una enciclopedia. I have a dream, pronunció Martin L. King y los negros dejaron de viajar separados de los blancos.
Hasta dentro de unos días, me voy a dar una vuelta por esos satélites a ver qué se me ocurre.
Ilustración, A quatre heures de l'été. L' espoir, pintura al óleo de Yves Tanguy 1900-1955.
No me diga, madame! Pues oiga, yo nada, no soy capaz de componer nada ni en sueños. Todavía estoy tratando de analizar el que tuve la pasada noche, pero creo que los símbolos no eran favorables, sino que representaban alguna clase de peligro o amenaza. Lo digo, sobre todo, porque casi me muerde un enorme perro blanco llamado Lenko. Más que nada me pregunto por qué rayos el perro se llamaría así, pero eso no lo sé.
ResponderEliminarCreo que se me dan mejor los sueños cuando estoy despierta. Los otros nunca me han servido ni para escribir una página siquiera. Pero no desisto, madame. Algún día saldrá mi sinfonía.
Buenas noches
Bisous
Sea perseverante con los sueños, es probable que nunca saque nada práctico de ellos, pero ¿y si un día sueña la melodía y la letra de la canción del verano? Sólo por esa posibilidad, aunque sea remota, merece la pena prestar atención a los sueños.
ResponderEliminarBuenos sueños y bisous
¿Que pueden ser los sueños? ¿Solo una representación de cosas o sucesos en la mente mientras se duerme del no-consciente metamorfoseados y distorsionados para poder traspasar la barrera de la represión que ejerce nuestra censura durante la vigilia? ¿Pueden ser el anhelo firme y persistente sobre la consecución de un objetivo? O la ilusión sobre algo real o utópico cuyo deseo nos resulta irrefrenable...
ResponderEliminarSiempre que te leo me das que pensar, y sentir, en cosas que no son lo mio, pero no por ello dejaré este camino, al contrario.
Si me permites trasladaré una unidad movil de Radio Post de su base hasta aquí y emitiré desde aquí dos temas relacionados con la entrada. Uno ya esta en ella pero en esta ocasión ira acompañada por una de las grandes, la otra es una versió actual de la Banda sonora de Tiempos Modernos (Chaplin 1936).Obviamente es condición necesario e impresindible contar con una autorización escrita para dicho evento.
ResponderEliminarFranjose, puedes ponerme en tu radio post, me encanta que mis entradas sirvan para enlazar con otros proyectos. Como si estuvieras en tu casa. Gracias.
ResponderEliminarDesde Amaltea la unidad movil de Radio Post desplazada a este maravilloso astro emitiendo para todo el universo virtual:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v
=OFl97eZbruc
http://www.youtube.com/watch?v
=ztfWmA866fs
Desde Radio Post esperamos que sea del agrado de todos ustedes.
Pako´sss
Al público le ha gustado, una sonrisa nunca sobra, y menos en esa versión que has enlazado.
ResponderEliminarPues justo ayer soñé que perdía a mi perrita al ir de vacaciones y luego la encontraba en el pasaje del terror ubicado en una céntrica calle de una población turística.
ResponderEliminarNo sé qué población podría se esa porque todas las turísticas tienen su pasaje del terror abarrotado de gente; tu perra tiene siete vidas, incluso en lo sueños.
ResponderEliminarQue belleza la de tus palabras y tus pensamientos. Me has traido a mi querido Stefan Zweig...que belleza la de Amstrong...Eres un maravilloso compendio de sensibilidad poética...un abrazo de azpeitia
ResponderEliminarEs un placer compartir música y libros, gracias por pasarte por aquí. Otro abrazo.
ResponderEliminarEl sueño de la razón produce monstruos... que a veces son de una belleza desconcertante.
ResponderEliminarSiempre un placer venir por aquí, doña Amaltea :-) Abrazos bien despiertos.
E incluso sin el sueño, con los ojos bien abiertos se presentan monstruos con pinta de no haber roto un plato. Un abrazo.
ResponderEliminar“Longtemps, je me suis couché de bonne hevre”. el sueño ha sido y es mi guarida desde qué se yo. ya vengan todos los monstruos imaginables, que si hay un lugar donde plantar cara, no se me ocurre otro, y da igual dónde quede el párpado, arriba o abajo, en el sueño siempre estarémos por encima. de algún modo negar el sueño es cerrar los ojos.
ResponderEliminarme ha encantado tu entrada y tu página.
un placer, amaltea
y un saludo, sincero.
Kynikos, en eso coincidimos, con los párpado cerrados o abiertos, no hay nada más liberador que los sueños.
ResponderEliminarSaludos
A través de las redes desde Radio Post para el finde:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/
watch?v=ja7v4JTsLVw
Pako´sss
Franjose, para el finde y para toda la semana - si el cielo sigue claro- mañana veremos la luna en todo su esplendor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hasta dentro de unos días, me voy a dar una vuelta por esos satélites a ver qué se me ocurre.
a mi siempre me ha dado algo de miedo intentar interpretar o racionalizar mis sueños, la verdad es que cuando me levanto y no recuerdo si he o no soñado me da una alegría inmensa, jajaja... tenía una abuelita que se empeñaba en sacarle "premoniciones" a todo lo que sucedía soñando... ufff
ResponderEliminarcomo siempre, un placer leerte y hoy un lujazo "escucharte", Amstrong ni más ni menos!!!
Amo Tanguy y amo tus textos. Besitos ^^
ResponderEliminarAdemás, los sueños nos han dejado toda la riqueza del surrealismo, esta realidad gratificada desprovista de quimeras.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
María Oliver, espero que los sueños no sean premoniciones, como lo interpretaba tu abuela.
ResponderEliminarRicardo Miñana, gracias, han sido fiestas y ya están más que acabadas.
L. Atienza, besos de vuelta.
Francesc Cornadó, también los sueños se alimentan de quimeras y son la materia prima de la creación.