sábado, 5 de febrero de 2011







Quien conozca la obra del escritor y caricaturista británico Max Beerbhom, sabrá de un relato fantástico inolvidable: Enoch Soames. Quien tenga interés en disfrutar de un cuento perfecto lo encontrará, gratis en pdf, tecleando el título en Google. No  voy a destripar el argumento porque sería traicionar el espíritu que inspiró una historia redonda en su planteamiento y desenlace,  ahora bien, he de reconocer que si hubo un escritor que supo  viajar en el tiempo  a lomos del diablo, la vanidad humana y la ironía, fue ese caballero británico, atildado y socarrón. Vender el alma al diablo es el asunto de muchas obras literarias, en las que el comprador sale siempre victorioso, como no, pues el que vende esa delicada mercancía  a cambio de una perentoria necesidad o capricho -riqueza, poder y sexo es lo habitual- a la fuerza ha de ser un tonto o un ignorante, o ambas cosas porque bien sabemos  que en este mundo no se venden duros a cuatro pesetas, así que en el más allá, esa ley de sentido común estará tan vigente como aquí,  pues de lo contrario el diablo, conocido por su astucia,  no presentaría tal oferta.  A  Enoch Soames le pierde la inmortalidad literaria, es un miserable y  mal poeta que desea pasar a la posteridad como un Dante. Al final del cuento sabremos el precio del alma del poeta y nos asombrará  la visión profética del autor que nos presenta un lugar mítico de la cultura occidental a finales del siglo XX, en unas condiciones exactas a las que hay en la actualidad. 



Detalle del cuadro  Destiny, pintado en  1900  por J.William Waterhouse.

7 comentarios:

  1. Desconozco la obra de Max Beerbhom, corro a leer Enoch Soames. Por lo que dices, la cosa promete. Pero antes debo confesarte que siento una cierta prevención por J.William Waterhouse y un repelús ante los prerrafaelitas y todo el mundo formal que deriva hacia el Art Nouveau ya que lo veo como una vuelta atrás.
    Salud
    Francesc Cornadó

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  2. En este caso, Waterhouse, en la mirada y rostro de la modelo le viene a Enoch Soames al pelo. Vas a disfrutar con el relato, estoy segura.

    Un saludo

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  3. Lo he encontrado. Con prólogo de Roberto Bolaño. me voy a leerlo y te comento. Gracias por la sugerencia!.
    Muchos besos

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  4. Tomo nota de ambos autores. Estoy enfrascado en Fray Luis y su "De los nombres de Cristo", concretamente en el capítulo que le nombra como "Padre del Siglo Futuro"(Isaías,9). Ya sabes que los agnósticos somos muy aplicados en el estudio de lo absoluto. Abrazos.

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  5. Es verdad, es propio del agnóstico buscar, si encuentras o recibes señal de lo absoluto, dínoslo cuanto antes mejor.

    Un abrazo.

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  6. Ya estoy aquí.
    Lo he leído, mas bien, lo he devorado!.

    Maravilloso, perfecto en todos los sentidos. Cómo un cuento relativamente corto puede decir tanto!.

    El ambiente afrancesado del Londres de la época, impregnado de realidad. Un inexistente Enoch al que sentimos real, que podríamos conocerlo, verlo sentado en un bar o incluso ser una parte de nosotros mismos, en nuestras vanidades.

    Un pobre Enoch que nadie habría sabido de su existencia al no ser por la novela de Beerbhom. Me encanta ese juego entre la existencia-no existencia de un personaje real-ficticio.

    La fina ironía sobre la necesidad de ser reconocido y pasar a la posteridad, y quien mejor que el diablo para encarnar éste deseo?. El viaje en el tiempo para darse cuenta-darnos cuenta-que no somos nadie, y pagar el precio por esa vanidad.

    Y el final...Genial!!, Enoch en 1997, en la Biblioteca, su descripción del futuro-nuestro ahora- su sentimiento de sentirse ficticio y la decisión de Beerbhom de escribir la novela, constatando que en realidad es ficticio ya que nadie escribió nada sobre él, no hay referencias.

    Maravilloso Amaltea,una obra de arte!! Gracias. Quedo a la espera de tus sugerencias siempre muy acertadas.

    Un beso muy grande!!

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