martes, 26 de octubre de 2010

Alienígenas


Óleo de Robert Llimós, Visitants. 2009.


Madeleine Peyroux cantaba Got you in my mind, mientras desde la nave dos horripilantes criaturas la miraban con fijeza. ¿Qué querrán de mí? ¿Por qué me han elegido? Lara quería entrar en casa, cerrar todas las ventanas y esconderse debajo de la cama,  pero una fuerza inexplicable mantenía sus pies desnudos pegados al suelo de la terraza.  El aparato volador tenía tres grandes ventanales, como si fuera la galería de un piso del ensanche barcelonés; en el centro, los dos seres de mirada hipnótica la tenían cautiva sin que  a pesar de todas las leyendas, el cedé se estropeara por la acción extraterrestre, tampoco se descuajeringó  el ventilador eléctrico. Al contrario, la Peyroux continuaba ahora con Don't cry baby y el sonido era excepcional. 

¡Vaya sarcasmo!  Lara quería llorar y gritar pero no podía, como en esas pesadillas en las que quieres huir de una persecución pero tu cuerpo se niega a mover un músculo. Ahora se arrepentía  de tomar la fresca  y dos chupitos de ginebra Larios para relajarse en aquella bochornosa noche de verano.  ¿Estaré soñando? Los alienígenas le dieron la respuesta en forma de hecho físico, prueba de que la cosa no era ninguna broma.
Un rayo azul, fino como hilo dental salió del dedo de la mujer del otro mundo  para dirigirse al  ordenador portátil abierto sobre la mesa plegable. Un nubecilla de vapor cubrió la pantalla e impidió que Lara pudiera ver de reojo el estropicio, pero no hubo estallido ni salió humo, sólo se oía la voz de  cantar J'ai deux amours. De pronto, la nave osciló como una peonza para perderse detrás del Tibidabo, por fin  Lara recuperó el gobierno de su cuerpo,  la nube sobre el ordenador se desvanecíó  y en la  pantalla apareció una palabra:  ZORROCLOCOS, en mayúsculas y en Times New Roman tamaño 20,  que estuvo  colgada durante dos meses,  sin que el ordenador obedeciera los reseteados, ni le importara la desconexión del fluido eléctrico. La tarde del  13 de octubre se fundió para siempre la pantalla en la que permaneció tatuada la  rara palabra, cuyo significado  ya conocía Lara. Enterró el portátil en el tiesto del Hibiscus. Ahora sabía que  los alienígenas  están aquí, nos observan y saben de nosotros más que si nos hubieran parido.  



12 comentarios:

  1. y yo también se qué quiere decir zorroclocos!!! creo que me lo dijo una extraterrestre...aunque nunca le he encontrado utilidad a la palabra, la verdad (soy mujer de pocas palabras, ya tu sabes)

    muas

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  2. Pues va a ser la misma que me paró el otro día por la calle. Y eso de que no le encuentras utilidad será por que tú no quieres.

    Remuas

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  3. ¡Por fin se hizo la luz!
    Tantas veces fallando "mí" ordenador, y ahora ya se que es debido a estos alienígenas que cloquean cúal zorros antes de zamparse a las pobres gallinas ---> ¡Sin duda no puede tener otra interpretación! ¿verdad?.

    Requetemuas

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  4. Buen texto imaginario, nos visitan de otro planeta , la tarde del 13 de octubre no se olvidada nunca y la palabra escrita tampoco ellos nos vigilan desde lejos jeje.

    Abrazos blogueros para ti de MA y mil gracias por tu visita y huella bloguera.

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  5. Very nice work Amaltea

    Greetings, Joop

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  6. Ma, es un placer visitar la casa de una amiga granaína

    Un abrazo.

    Joop,thanks. You are very kind

    best wishes

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  7. Francesc, seguro que andan trasteando, por ejemplo ahora, con este comentario, lo han cambiado de lugar para fastidiar.
    Un fuerte abrazo.

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  8. nave nodriza, nave nodriza!!!

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  9. Anónimo, aquí nadie ha visto la nave y menos aún a la nodriza.

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  10. Manuel, hace tiempo que deje de buscar mi propio Rosebud

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  11. Me encantó!
    ZORROCLOCOS muy intrigante ...

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